Marcelo Barros |
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86 páginas Si usted piensa que la función del Nombre del Padre en la enseñanza de Lacan se vincula al establecimiento del orden, de la cordura, de la normalidad, del pretendido sentido común, o de la clausura del enigma de lo femenino, encontrará aquí una calurosa discusión contra la supuesta seguridad de esos lugares comunes. Si, por el contrario, usted intuyó que, como dice Lacan, el padre no es tan simple, hallará en estas páginas el esfuerzo por llevar esa idea a una formulación lógica. Este texto no consiste en una dilatada exposición del concepto. Es una intervención que apunta a presentarlo desde una perspectiva diferente. Una que no muestre tanto lo que él es sino cómo funciona. Lo que obliga a pasar por la clínica de la condición psicótica y la emergencia de la sociedad de control, en tanto la función del Nombre del Padre se esclarece por su desaparición. Ello nos habrá de llevar a ese punto en el que la metáfora, el síntoma, el nombre, la ley, y el padre se anudan en acto y con el acto. El esclarecimiento de esta fórmula es de lo que está hecho nuestro breve recorrido. PRENSA | 17/07/2014 |
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